Revisión académica: Juan B. Leoni y María Isabel Hernández Llosas
Antumpa, sitio arqueológico en el sector norte de la quebrada de Humahuaca.
Entre el 3000 y el 1000 antes del presente, en el actual Noroeste argentino, como en general en la zona andina de América del Sur, se desarrollaron distintas sociedades sedentarias con economías productivas agropastoriles. Aunque parecen haber compartido numerosos rasgos con ellas, es posible que los grupos que habitaron la quebrada de Humahuaca y las áreas cercanas durante el mismo período hayan adoptado algunas características propias, vinculadas con su entorno ambiental y social.
Si bien la quebrada de Humahuaca es una de las áreas del Noroeste más estudiadas por la arqueología, la información disponible sobre su devenir en esos dos milenios es escasa y extremadamente fragmentaria, ya que la mayor parte de las investigaciones que se han desarrollado corresponden a sociedades que ocuparon la zona en épocas posteriores. Los equipos que están trabajando en el sector norte, donde se localizan las nacientes de la quebrada, están aportando información que ayuda a reconstruir esos primeros tiempos.
Mapa del sector norte de la quebrada de Humahuaca. En el río Grande, que recorre toda la quebrada, desaguan los ríos de las quebradas de Cóndor, Corral Blanco, de la Cueva y Chaupi Rodeo.
El sector norte de la quebrada de Humahuaca
En el sector norte de la quebrada de Humahuaca, el río Grande corre en sentido noroeste-sureste. Sobre su margen izquierda desaguan varias quebradas menores que descienden, en sentido norte-sur, desde la sierra de Santa Victoria. La investigación del equipo de arqueología que trabaja allí se ha concentrado en tres de ellas: las quebradas de Chaupi Rodeo, Corral Blanco y Cóndor, así como en los alrededores de la actual localidad de Tres Cruces.
En términos ambientales, esta área se ubica entre la Puna, al oeste y al norte, la Cordillera Oriental de la Puna y las tierras bajas, al este, y el sector medio de la quebrada de Humahuaca, al sur. Constituye por ello una especie de “umbral” geológico, geográfico y ecológico, en el que convergen esos ambientes, vinculados a través de numerosas sendas y abras.
¿Había aldeas hace 3000 años?
En esta zona de la quebrada de Humahuaca no se han encontrado hasta el momento evidencias de la existencia de aldeas hacia 3000 años antes del presente. ¿Cuáles pueden ser las razones de esta ausencia de evidencias arqueológicas, que sí se encuentran en otras áreas del Noroeste argentino y del norte de Chile? Hay dos posibles explicaciones.
- La primera es que el agua de los ríos, que erosiona las quebradas, remueve los terrenos y traslada sedimentos, puede haber ocasionado la destrucción o el ocultamiento de muchos sitios arqueológicos, especialmente de aquellos ubicados en los fondos de las quebradas, que dada su cercanía a los cursos de agua habrían sido los más favorables para la práctica de la agricultura. Esto último habría provocado que asentamientos posteriores se asentaran sobre los primeros, dificultando su detección.
- La segunda es que no hay evidencias arqueológicas porque la población de la zona era escasa, estaba agrupada en pequeños caseríos y tenía en otros lugares puestos de pastoreo o campos de cultivo. Es decir, si la población no se concentraba en lugares que podríamos llamar “aldeas”, entonces sería más difícil detectar las evidencias de sus actividades.
Los hallazgos de Pintoscayoc 1
En el sitio Pintoscayoc 1, un alero rocoso en la pequeña quebrada del mismo nombre, se hallaron evidencias interesantes que datan, aproximadamente, de hace 2900 años. Se trata de una fosa donde se apoyaron, sobre una cama de paja, partes del esqueleto de un niño y una vasija de cerámica negra con incrustaciones de mica. Todo el conjunto estaba cubierto por fragmentos de morteros y un mortero entero. Cerca de allí se encontró también un caracol terrestre muy abundante en la zona de yungas, con pigmento rojo en su interior.
Este conjunto es importante no solo por revelar aspectos de las prácticas rituales de los grupos que habitaban la zona en esos momentos, sino porque brinda también algunos indicios sobre su subsistencia. Por ejemplo, el análisis de los huesos humanos indica que la dieta incluía proteínas y grasas animales, así como también plantas como quínoa, tubérculos y calabaza, aunque no se puede precisar con certeza cuál de ellas en particular. La presencia de los morteros, asimismo, podría tener relación con el procesamiento de alimentos vegetales. Sin embargo, la evidencia no es suficiente por sí sola para determinar fehacientemente si estos grupos practicaban ya el pastoreo y la agricultura.
Los estudios realizados sobre la vasija de cerámica, por su parte, mostraron que esta era diferente de las que se hacían en ese momento en otras áreas de la quebrada y que tenía similitudes con las que se confeccionaban en el valle del río Loa, en el norte de Chile. Si a esto se le suma el caracol procedente de las yungas, se puede pensar que estos grupos mantuvieron relaciones o intercambios con grupos situados en otras regiones.
Las representaciones rupestres
También de la misma época, aproximadamente 3000 años antes del presente, son algunas representaciones rupestres halladas en el área. Aunque el sitio no fue fechado, esta antigüedad se deduce por las similitudes con motivos de arte rupestre de otras zonas del Noroeste argentino. Por ejemplo, en el tramo sur de la quebrada de Chaupi Rodeo hay grabados con motivos de máscaras o de rostros humanos. Entre ellos se destaca el panel denominado Chaupi Rodeo 3, ubicado en un recodo del arroyo. Sobre una roca vertical de superficie rojiza hay cinco caras o máscaras, realizadas mediante el raspado de la pátina roja natural de la piedra, lo que deja expuesto un trazo blancuzco que define las figuras. Los motivos son simples y constan de pocos trazos, correspondientes a las cejas, la nariz, los ojos y la boca. La escena se completa con dos camélidos y un motivo geométrico. La ubicación de este panel en un lugar claramente perceptible para cualquiera que transite por la quebrada, indica que se buscó otorgarle gran visibilidad. Otros conjuntos cercanos, Chaupi Rodeo 5 y 6, fueron realizados mediante el picado de las caras planas de las rocas, e incluyen un motivo con aspecto de máscara similar a los anteriores, espirales, motivos antropomorfos y representaciones de camélidos.
Dibujo de los grabados encontrados en la quebrada de Chaupi Rodeo. La escala permite conocer las medidas originales.
Momentos posteriores de la ocupación humana de esta área, entre 1900 y 1800 años antes del presente, están evidenciados por las representaciones rupestres del sitio Media Agua 1. Este fue fechado entre 1900 y 1800 años antes del presente y es un pequeño alero rocoso ubicado en la quebrada del mismo nombre: consisten en hileras de figuras humanas de perfil, con detalles de la vestimenta y portando adornos de plumas en la espalda y la cabeza, así como ornamentos en los pies y los brazos. El personaje que encabeza una de las hileras lleva un objeto que podría interpretarse como una pipa. La escena se completa con camélidos –posiblemente llamas– decorados con pecheras, y composiciones geométricas muy elaboradas.
Dibujo de los grabados de Media Agua 1, en una quebrada tributaria de la de Corral Blanco.
De la misma época serían las representaciones de Cueva cerro El Morado, otro pequeño alero ubicado cerca de la actual poblado de Tres Cruces. Muestran de manera detallada escenas de lucha en las que se enfrentan grupos de figuras humanas ataviadas con vestimentas de distintos colores y con adornos en la espalda, armadas con arcos y flechas.
Fotografía de una escena de lucha en Cueva cerro El Morado.
¿Qué nos dicen estas representaciones? Es muy difícil determinar exactamente qué significaron para quienes las hicieron o para quienes las vieron mucho tiempo después, y por eso cualquier interpretación que hagamos en la actualidad es siempre tentativa.
Los motivos de máscaras o rostros humanos, que tienen una amplia distribución en el Noroeste argentino, suelen ser interpretados como expresiones materiales de los ancestros. Quizá estén reflejando la existencia de grupos cuyos miembros se consideran descendientes de algún ancestro común y que están vinculados a un determinado territorio.
Las escenas de lucha, por su parte, podrían indicar la existencia de conflictos armados entre grupos, tal vez ocasionados por la competencia por el acceso a ciertos recursos, por la disputa de territorios, o por otros motivos.
Aldeas en el sector norte de la Quebrada de Humahuaca: el sitio de Antumpa
La evidencia arqueológica hallada en el sitio de Antumpa permite ya sí plantear con certeza la existencia de aldeas en el área entre 2000 y 1300 años antes del presente. Antumpa se ubica en la confluencia del arroyo Chaupi Rodeo con el río Grande y no ha sido afectado por la erosión provocada por los ríos, tan característica de la zona. Tampoco fue ocupado, al menos no con gran intensidad, en momentos posteriores. Por ello ofrece la rara oportunidad de estudiar cómo era el trazado y organización espacial de una aldea de esa época en esta zona. Y esto no es algo habitual en el área de la quebrada de Humahuaca, donde, como vimos, los restos más antiguos podrían estar sepultados bajo capas de sedimento natural o bajo los restos de poblados posteriores.
Plano general del sitio de Antumpa.
El sitio presenta sectores de habitación de diferentes características (recintos circulares y rectangulares, montículos), dispersos entre lo que posiblemente fueron grandes conjuntos de canchones de cultivo, que se extienden sobre una superficie de unas 150 hectáreas. En el sector más bajo del sitio estos canchones forman conjuntos de estructuras regulares de forma rectangular, trapezoidal y cuadrangular, de entre 30 y 20 metros de lado; en la parte más alta del sitio las estructuras son más grandes e irregulares.
Estas estructuras, junto con la abundante presencia de instrumentos de piedra de uso agrícola, como palas y azadas, estarían indicando que las personas fueron modificando el paisaje y adecuando su modo de vivir en él y de crearlo a través, principalmente, de la agricultura. También se han hallado restos de cerámica de probable uso doméstico, pipas cerámicas posiblemente usadas en rituales (como la que portaría el personaje representado en el arte rupestre de Media Agua 1) y puntas de proyectiles de piedra, empleadas en la caza o en la guerra (como las representaciones de luchas en Cueva cerro El Morado). Al igual que un milenio antes, la presencia de materiales exóticos (obsidiana de cerro Zapaleri, en la actual frontera con Bolivia, cerámica con diseños en forma de enrejado tal vez procedente de las yungas, entre otros) indicaría que los pobladores de Antumpa mantenían relaciones de algún tipo con grupos que habitaban regiones distantes.
Algunos artefactos hallados en el sitio de Antumpa: fragmento de una pipa de cerámica; palas/azadas de piedra; puntas triangulares de obsidiana y sílice; cerámica con diseño en forma de red.
Un rompecabezas al que todavía le faltan piezas
En el sector norte de la quebrada de Humahuaca la historia de los primeros grupos con prácticas agrícolas y pastoriles todavía es muy fragmentaria. No se han encontrado evidencias de aldeas que se remonten a 3000 años antes del presente, aunque sí, como vimos, hay evidencias arqueológicas –como representaciones rupestres, artefactos de distinto tipo y hasta un caracol, como en Pintoscayoc 1– que indican que los grupos que habitaban el área en esos momentos tuvieron algún tipo de relación con otros grupos ubicados a cierta distancia. No es posible aún determinar con certeza si practicaban el pastoreo y la agricultura, y, en caso afirmativo, en qué medida lo hacían.
Las evidencias arqueológicas de las primeras aldeas, por su parte, son de hace unos 2000 años aproximadamente. Como muestra el caso de Antumpa –que se repite en otros sitios contemporáneos de la quebrada de Humahuaca, como Alfarcito y Estancia Grande– toman una importancia creciente las estructuras agrícolas, en un desarrollo que se extiende a lo largo del primer milenio (entre 2000 y 1000 años antes del presente) y en tiempos posteriores.
Hace unos 1000 años atrás parece comenzar a darse un cambio en la forma en que la gente se instala en el paisaje, en la forma en que se organiza y usa el espacio dentro de los poblados y en la cultura material (especialmente en la cerámica), algo que se puede apreciar claramente en diferentes sitios arqueológicos de la zona. Esto se manifiesta en la tendencia a ocupar lugares más altos y con mayor visibilidad, en poblados con una edificación más densa y concentrada, y en una separación espacial más marcada entre las áreas de habitación y aquellas dedicadas a las actividades productivas. Todo esto sugiere que las formas de habitar el paisaje en las nacientes de la quebrada de Humahuaca fueron dinámicas en el tiempo y constituyen un rompecabezas al que todavía le faltan piezas.
Para saber más. Juan B. Leoni y María Isabel Hernández Llosas: “La ocupación humana de las nacientes de la quebrada de Humahuaca en el rango 3000-1000 antes del presente”, en Crónicas materiales precolombinas, páginas 151 a 182.
Créditos
Foto del sitio arqueológico de Antumpa. Juan B. Leoni y María Isabel Hernández Llosas.
Ilustraciones, mapas y resto de las fotografías. Tomados de Juan B. Leoni y María Isabel Hernández Llosas: “La ocupación humana de las nacientes de la quebrada de Humahuaca en el rango 3000-1000 antes del presente”, en Crónicas materiales precolombinas, en Crónicas materiales precolombinas, páginas 154, 159 y 162.