La quebrada de Los Corrales, un área con 7800 años de historia

Revisión académica: Nurit Oliszewski, Jorge G. Martínez, Eugenia Di Lullo, Matías Gramajo Bühler, Guillermo Arreguez y Alexis Coronel

La quebrada recorrida por el río de Los Corrales se encuentra en el oeste de la provincia de Tucumán, más precisamente en el sector norte de la sierra del Aconquija, en la zona que se conoce como abra de El Infiernillo. Los equipos de arqueología han encontrado evidencias de que esa quebrada, a más de 3000 metros sobre el nivel del mar, estuvo ocupada desde tiempos muy remotos. Los restos más antiguos −puntas de proyectiles y fragmentos de huesos de animales que sirvieron de alimento a las personas− corresponden a cazadores que vivieron hace unos 7800 años.

Los sitios arqueológicos de la quebrada

Los sitios arqueológicos se ubican en las cuencas inferior, media y superior del río de Los Corrales. En este croquis dibujado sobre una fotografía aérea se los representó con distintos colores.

  • En la cuenca inferior están los sitios Cueva de Los Corrales 1 y 2, señalados en el croquis con puntos de color rojo (Cc1 y Cc2).
  • En la cuenca media y superior, hay áreas agrícolas que ocupan unas 500 hectáreas, señaladas con verde en el croquis. Son terrazas de cultivo ubicadas en las laderas de los cerros, lejos de los cursos de agua. Esto significa que los cultivos solo dependían del agua de las lluvias. Dispersos tanto en los campos de cultivo como por fuera de ellos, existen numerosas estructuras circulares de piedra que están indicadas con puntos de color naranja. Aún se desconoce el uso que tenían estos recintos; algunos podrían haber sido utilizados como corrales, otros para resguardar ciertos cultivos o bien como habitaciones.
  • En la cuenca superior está la aldea de Puesto Viejo con sus dos sectores, uno a cada lado del río (Pv1 y Pv2). La aldea está compuesta por unas 85 viviendas. En el croquis, esta zona está pintada de amarillo.

Cueva de Los Corrales 1, un sitio de funciones múltiples

En Cueva de Los Corrales 1 el equipo de investigadores halló catorce morteros cavados en su piso rocoso. Muchos de ellos parecen haber sido rellenados intencionalmente con restos animales, vegetales y minerales puestos a presión y luego “sellados” con arcilla.

Al parecer, aquí no se vivía de manera permanente, sino que el sitio se usaba para realizar distintas actividades, como procesar alimentos, producir pigmentos para decorar las piezas de cerámica o fabricar artefactos de piedra.

La aldea y los campos de cultivo

En el sector denominado Puesto Viejo se encontraron restos de 85 viviendas construidas en piedra. En el pasado pueden haber sido más, ya que se ven algunos restos de construcciones destruidos por las lluvias. Los hallazgos encontrados en esta aldea (vasijas de cerámica, herramientas de piedra, huesos humanos y de animales, restos vegetales) permiten saber que estuvo habitada entre 1850 y 1550 años antes del presente. Los campos de cultivo y los corrales datan de esa misma época.

Esquema de una vivienda. Las viviendas tenían una forma que es común en toda la zona de Tafí, desde Puesto Viejo hasta El Mollar: un patio central rodeado de recintos más pequeños (entre 2 y 5). En el caso de la Quebrada de Los Corrales las distintas viviendas se encuentran separadas por distancias de entre 5 y 20 metros.

Campos de cultivo. En la segunda foto, tres estructuras pastoriles adosadas (tienen entre 20 y 25 metros de diámetro) dentro del área de cultivo.

En Puesto Viejo se han encontrado artefactos hechos con rocas de la zona −puntas de flechas, morteros y manos de moler−, fragmentos de piezas de cerámica, restos de animales −llamas, cérvidos, quirquinchos− y restos de plantas alimenticias, como el maíz, la quinua, el chañar y el algarrobo.

El sitio arqueológico Taller Puesto Viejo 1

Hace pocos años, el equipo de arqueología encontró al sur de Puesto Viejo otro sitio al que llamaron Taller Puesto Viejo 1. Lo más interesante de este sitio es la duración de su ocupación: los restos más antiguos hallados allí tienen unos 7800 años; los más recientes, 1750. Esto significa que el sitio fue utilizado en distintos momentos, a lo largo de varios milenios de historia en el lugar.

Lo que cuentan los morteros y las manos de moler

En Puesto Viejo 1 se encontraron varios morteros y manos de moler de hace 3800 años. Están confeccionados en granito, un tipo de roca del lugar que es fácil de obtener. Eran empleados para moler tanto los vegetales que se recolectaban −algarrobo, chañar−, como los cultivados –maíz y quinua−. Como se trata de artefactos pesados, no se los puede acarrear a través de largas distancias. Por eso su presencia en un sitio arqueológico indica que ese sitio estuvo ocupado de forma permanente o al menos de manera regular, para volver a utilizarlos.

Una larga ocupación ¿con un final abrupto?

La quebrada de Los Corrales estuvo ocupada durante varios milenios. Al parecer hubo una continuidad entre los grupos que vivieron hace 3800 años y los que ocuparon la zona dos mil años más tarde, hace 1800 años. Luego, la quebrada de Los Corrales solo fue, posiblemente, un espacio de circulación, o un lugar para el pastoreo estacional de llamas. Lo cierto es que no hay allí ninguna evidencia de ocupación permanente. ¿Por qué no hay hallazgos de este tipo que tengan menos de 1550 años?

Una capa de cenizas blanquecinas hallada en las capas intermedias de la excavación de una de las viviendas de Puesto Viejo y otro depósito del mismo material en capas naturales de sedimentos cerca del río hacen suponer que la aldea fue abandonada debido a alguna erupción volcánica ocurrida en otra región pero cuyas cenizas afectaron el agua y los suelos, inutilizándolos para la vida de las personas, los animales y las plantas. Si eso fuera cierto, aún queda pendiente explicar por qué la quebrada no fue reocupada con posterioridad a ese episodio.

Para saber más. Nurit Oliszewski, Jorge G. Martínez, Eugenia Di Lullo, C. Matías Gramajo Bühler, Guillermo A. Arreguez, Hernán Cruz, Eduardo P. Mauri, Cecilia Mercuri, Ana C. Muntaner y M. Gabriela Srur: “Contribuciones al estudio de sociedades aldeanas en el Noroeste argentino: el caso de la Quebrada de Los Corrales (El Infiernillo, Tucumán), en Crónicas materiales precolombinas, páginas 51 a 79.

Créditos

Fotografía de apertura. Jorge Martínez.

Otras fotografías y esquemas. Nurit Oliszewski, Jorge G. Martínez, Eugenia Di Lullo, C. Matías Gramajo Bühler, Guillermo A. Arreguez, Hernán Cruz, Eduardo P. Mauri, Cecilia Mercuri, Ana C. Muntaner y M. Gabriela Srur: “Contribuciones al estudio de sociedades aldeanas en el Noroeste argentino: el caso de la Quebrada de Los Corrales (El Infiernillo, Tucumán), en Crónicas materiales precolombinas, páginas 53, 56 y 57.